Crónica de un FITUR anunciado

Este ha sido el FITUR de la pulserita incómoda al estilo “todo incluido” y el de las grandes colas de acceso el día de la inauguración. También el de las dudas bañadas en ómicron,…

Este ha sido el FITUR de la pulserita incómoda al estilo “todo incluido” y el de las grandes colas de acceso el día de la inauguración. También el de las dudas bañadas en ómicron, que algunas delegaciones de países y destinos han solucionado reduciendo efectivos o enviando en avanzadilla a sus agencias de PR y comunicación. Pero también ha sido el FITUR de la aceleración progresiva, aquel en el que una semana antes de arrancar parecía que no había convocatorias, para acabar desbordando la agenda los últimos días antes del evento.

Un FITUR en el que quizá no ha habido tantas aglomeraciones en los pasillos, pero sí muchas ganas y el doble de participantes profesionales que en la edición anterior – traslada en su día al mes de mayo – según las cifras oficiales. En esta edición se ha recuperado el frío de Madrid en estas fechas, así como la voluntad de pisar el acelerador del turismo a la primera señal de positivismo por parte de las autoridades.

La presencia de África ha sido testimonial, la de Asia se ha mantenido en lo que se refiere a sus países con más “tirón” y América Latina ha desplegado más energía, color y ganas que el resto: sus gentes ya no son solo receptores de viajeros en busca de exotismo, sino también emisores de un turismo muy codiciado y clave para la recuperación del sector. Las autonomías de casa han puesto la mejor cara, pero han servido menos vinos que otras veces.

El capítulo de las tecnologías sigue creciendo sin parar, con más y más soluciones para la hotelería o la gestión de reservas, trazando recorridos en los que el usuario prácticamente verá como se abren todas las puertas “por la cara”, por ejemplo a través de la biometría que permitirá el acceso al embarque de un avión o a la habitación de un hotel. Incluso, aunque pueda parecer un contrasentido por el contenido de la feria, en FITUR se podía crear este año un avatar para poder interactuar en el metaverso y viajar sin salir de casa.

La oferta en general se ha teñido de verde, de sostenibilidad y de turismo activo al aire libre, si bien la movilidad responsable hacia el destino sigue siendo la gran asignatura pendiente, aunque ya hemos visto los primeros ferries eléctricos – de momento para cubrir distancias cortas, por aquello de que la autonomía da para lo que da –.

En definitiva, un FITUR cargado de esperanza y con un runrún de fondo sobre la necesidad de replantear a fondo, y esta vez de verdad, el futuro del turismo.

Estamos preparados

Contacto

Nos gusta escuchar. Nos gusta imaginar. Nos gusta construir. Explícanos tu sueño y lo haremos realidad.
Mercado en Tanqasy en Sudan