Muchos destinos, cercanos o exóticos, han callado estos días. Han dejado de hablarnos, de inspirarnos. Piensan: la gente no está comprando viajes, ¿para qué vamos a inspirar a nadie? Pues muy fácil: para no desaparecer.
El sector de los viajes y turístico afronta una crisis sin precedentes. En esta ocasión no se trata de un problema puntual causado por un temporal o la explosión de un volcán. Esta vez, el fenómeno afecta a todo el planeta a la vez, y esta singularidad es la que ha dejado perplejos a los destinos, atemorizados y replegados sobre sí mismos. Volverán a invertir en promoción cuando todo esto haya pasado. Pero para entonces, quizá habrán desaparecido del imaginario popular. En cambio, las grandes empresas del sector, los destinos más organizados y con recursos suficientes, continuarán haciendo una inversión regular en comunicación. Ya está sucediendo por ejemplo con la campaña #BarcelonaVisitsYou; aquellos que dejen de hacerlo se perderán en el olvido, lo que los obligará prácticamente a empezar desde cero. Y como ya hemos dicho otras veces, es sabido que los consumidores tienden a ser más fieles a aquellas referencias que los acompañaron en los peores momentos o que por lo menos se mantuvieron presentes de forma regular. La inseguridad es mala consejera a la hora de invertir en promoción, pero en pleno s.XXI, existen muchísimas formas de mantenerse visibles de forma efectiva y con un coste muy bajo. No hay excusas reales, sólo incerteza y exceso de prudencia.
Aunque los viajes globales están bloqueados en gran medida, aún queda espacio para publicar contenidos inspiradores, propuestas que hagan que el futuro turista siga teniendo aquel destino en mente, aunque no quiera o no pueda reservarlo ahora. Solo así, cuando todo esto pase, tendrá la seguridad de que aquel lugar que planeaba visitar sigue allí para satisfacer su demanda. El marketing de destinos a menudo es sugerente, y en tiempos difíciles puede ser incluso una esperanza de futuro y un factor de equilibrio mental contra la ansiedad. ¿O acaso hemos olvidado lo mucho que nos gusta viajar?
Pero ¿cuándo se va a recuperar cada destino? Pues dependerá mucho de varios factores, como el tipo de actividad que se realiza una vez allí, la reactivación de medios de transporte, etc. Lo que está claro es que llegará un repunte debido a la demanda acumulada. Y el destino que siga presente en la mente del viajero, será el que la coseche.