Si una cosa nos ha enseñado la pandemia del COVID – 19 es que la última playa del confinamiento se encuentra en el mundo digital, bien sea para informarse o para distraerse. Especialmente en las ciudades, los terrados están llenos de gente que toma el sol o practica algún pseudo-deporte mientras se maravilla de la maraña de cables que hace que el milagro de la fibra óptica nos mantenga conectados. No es extraño que informes de empresas como Izea –que lanzó la primera plataforma tecnológica de pago a bloggers para que crearan contenido de marcas – sugieran que el hecho de estar encerrados en casa puede llevar a un incremento de consumidores potenciales buscando inspiración para sus próximas vacaciones. Se basan en la opinión positiva del 55% de los encuestados en los EEUU, que ven muy posible la compra de viajes mientras están confinados, y eso en uno de los países más afectados por el virus a día de hoy.
Las redes sociales son más necesarias que nunca para atraer, fidelizar i retener al cliente a futuro, pero ¿cómo?
- Cuidando el lenguaje: no hay que caer en el oportunismo ni en afirmaciones que puedan antojarse absurdas en un momento tan sensible. Hay que cuidar la reputación digital y pensar ya en campañas de comunicación conjuntas a nivel nacional e internacional, coordinadas por destinos y basadas en datos. Es básico que los futuros turistas, cuando salgan de sus casas, reciban un mensaje claro, convincente y que les genere confianza para viajar al destino que deseen.
- Hay que digitalizar los destinos, pero sin confundir “digital” con “internet”. Es decir, hay que tener una estrategia. Estos días no paran de bombardearnos con visitas virtuales a lugares más o menos exóticos, a museos, a monumentos… lo que hasta ahora podía antojarse a algunos como una simple curiosidad para atraer al turista, ahora se confirma como un modo muy eficiente para evadirse y también para inspirar. En un futuro próximo, la digitalización volverá a añadir una capa de información extra a la visita real, multiplicando y acrecentando la experiencia. Mientras, es el perfecto vehículo para atraer la atención. De hecho, ya lo era, pero algunos quizá no se habían dado cuenta aún.